miércoles, 13 de abril de 2011

EFECTO PIGMALION


El efecto pigmalión es uno de los sucesos que, tanto en el ámbito laboral como en el escolar, social y familiar, pueden ser más productivos o contraproducentes. Esto supone, por tanto, algo importante de conocer y estudiar para los profesionales de cualquier ámbito.
El Efecto Pigmalión,  requiere de tres aspectos: creer firmemente en un hecho, tener la expectativa de que se va a cumplir y acompañar con mensajes que animen su consecución.
Este fenómeno se da cuando hay relaciones de dependencia entre las personas: padres e hijos, profesores y alumnos... El por qué sucede, estaría relacionado con una energía sutil que las personas somos capaces de enviar a otras; también interviene la que pone en marcha el chico para adaptarse a lo que se espera de él y, así sentirse tenido en cuenta, positiva o negativamente.
Conviene revisar nuestras expectativas, pues, a veces, actuamos de forma contradictoria. Por ejemplo, le decimos al hijo que estudie, pero creemos que no lo hará, dado que lo hemos intentado muchas veces. Ese proceso ha estado salpicado con frases del estilo: “Así no aprobarás; no haces más que ver la televisión”. Sin darnos cuenta, estamos colaborando en que el hijo cumpla lo que pensamos.
Lo que los padres y las madres esperamos de los niños y niñas tiende a cumplirse. Por tanto, necesitamos tener expectativas constructivas que les permitan sacar lo más brillante de ellos mismos y desechar las negativas, pues les llevan a la degradación y a la merma personal.
En muchas escuelas -de educación básica-, se puede observar el efecto Pigmalión, cuando el sentido común se ha apoderado del pensamiento del docente y éste confía en lo que puede ser su 'intuición profesoral'. Expresiones como 'Yo, desde el primer día ya sé quien va a pasar (de grado) y quien no lo hará' y otras equivalentes son escuchadas con frecuencia y se cumplen, pues las actitudes del profesor se orientan a que así se cumpla. ¿Por qué se presenta más en la educación básica? Porque en ese nivel el aprendizaje depende mucho más que en el superior de la guía y decisiones del profesor en el nivel superior el pensamiento de los jóvenes está más desarrollado y puede establecer una relación más independiente de las decisiones del profesor.

TIPOS:
El efecto pigmalión positivo se refiere a aquel que produce un efecto positivo en el sujeto, de forma que afianza el aspecto sobre el cual se produce el efecto, provocando un aumento de la autoestima del sujeto y del aspecto en concreto.
 El efecto pigmalión negativo es aquel que produce que la autoestima del sujeto disminuya y que el aspecto sobre el que se actúa disminuya o incluso desaparezca.
En conclusión pienso que el efecto pigmalión sirve Para explicar nuestra superación en una tarea determinada gracias a la confianza que se nos demuestra, cumpliendo unos objetivos, indiferente su complejidad, a partir de las expectativas que crean otros.
Este efecto se produce, en nuestra vida normal y en diferentes campos. Y hay que tener cuidado  porque puede darse el efecto contrario debido a la falta de confianza, miedo, resignación o abandono, y por tanto llevarnos a lo adverso, esto es, el fracaso.

El efecto Pigmalión hace que una persona lleve a cabo un trabajo debido a que las expectativas (o el deseo de triunfo) de la otra persona influye sobre la actuación del primero. Sin duda  ayuda, lo que sepas o te hayan contado de una persona, condicionando la predisposición hacia la misma.

1 comentario:

  1. Hola, Marta.
    Googleando por ahí he visto tu blog y me ha parecido interesante esta entrada.
    Yo también trabajo en educación (con ya no tan chicos, de 2º de Bachillerato y ciclos superiores), pero sí que utilizo el efecto Pigmalión y el aumento de la motivación y la autoestima como pieza clave.
    La "Profecía autocumplida" da siempre buenos resultados si se vierten en los chicos expectativas positivas, como bien dices. He llegado a tener un chaval que me saca sobresalientes en Hª del Arte cuando en la ESO lo habían etiquetado como de diversificación. Hablando con él, me dijo que siempre le habían dicho "que no valía", y había acabado creyéndoselo.
    El problema es que exige mucho esfuerzo, seguimiento permanente y autenticidad, porque la chavalería ve a la legua cuándo se trata de una pose y cuándo confías realmente en sus buenos resultados.
    Un saludo, paisana.

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